sábado, 26 de junio de 2010

Vigo

guárdalo para mañana
que está estancado

guárdalo

eso que no tiene nombre
que tiene el nombre del padecer
sin razón
déjalo en reposo
que está frío de sombra

que está caliente de no ser nada

busco a ciegas
los pies que la tierra reconocen
para apagar la incandescencia

la espalda que cubre el corazón
piensa en tener recuerdos
se levanta, se rebela, se proclama
presente!

pero siempre olvida

viernes, 4 de junio de 2010

humedad

platos de durex

empapelado de pequeñas flores

todo en tonos marrones

como de la tierra que vienen

la escasa luz viene a mostrar


Mar del plata


una pelota con la que

no se puede jugar

la masilla negra

que se derrite al sol

entre las baldosas

el estanciero y

sus porotos helados

la promesa de una felicidad aparente

los murciélagos

que hablan en la persiana

(que me hablan)

el cuarto de servicio

al servicio del silencio

la cama anaranjada hecha para nadie

el agua con otro gusto


la alfombra

áspera

como mi cuello de noche


cómo han hecho

para quitarle el aire

a una casa entera


sentada miro

y espero

la promesa del día:

patinar abrigada

como si fuera de viento

y la escollera que termina

en la ola que rompe

el silbido apenas

adentro de mi cuerpo

avisando que se esconde


pero está


va a salir por la noche

asma

monstruo


y no tendrías que haberte

mojado los pies en el mar

y no tendrías que haberte sacado

el pasamontañas


el viento acá

frío acá

se lleva el aire


y no lo devuelve


sopla desde adentro

su queja de fuego frío

mi pecho

revoltijo de silbidos

porqué lo haces?

Quiero decir algo

quiero decir lo que no se puede


sentada en la oscuridad

miro

y espero

que el monstruo

se apiade de mi cuerpo pequeño

de mi cuerpo retazos

del castigo de mi cuerpo transparente

y quiera dormir conmigo.

jueves, 3 de junio de 2010

El jardinero


le estoy pidiendo que haga mal su trabajo. que deje las malezas. que acabe con la matanza. yo me quiero enredar en todo este verde, le digo. el hombre no me entiende, suelta el machete con furia y lo tira en la tierra. se va por el caminito pateando las hojas. hoy frené el genocidio vegetal pero no podré vencerlo siempre. le han pedido que limpie el jardín y eso va a hacer. más tarde. cuando yo ya no esté, yo y mis deseos de extranjera caprichosa. yo, la gringa que no entiende nada. volveré en un rato y ya sé. la tierra pelada y el machete rojo cansado y el hombre sin sonrisa, con todo el sudor del mundo sobre su piel, yéndose despacito por el canal. satisfecho por su victoria. no importa. mañana o pasado van a asomar de nuevo los brotecitos verdes. llueve todos los días en la isla. y qué lindo seguirles el crecimiento. y qué lindo a la mañana cuando lo verde quiere entrar en la casa, crecido, lleno de palabras que se atoran en el mosquitero, el verde, lleno de bichos que nunca me pican. y va a volver el jardinero en un mes o dos, lo voy a ver venir por el canal en ese botecito flaco que no aguantaría las olas que hay del otro lado. Y de nuevo le voy a decir que con cautela, que apenas, que ahí cerca del río nomás, que las flores no, que los plátanos no, que el almendro no, de nuevo, en vano, le voy a decir que no al jardinero que me va a maldecir en voz baja por hacerle perder el tiempo.

Crisóstomo y el gran fuego

Ya se hace cenizas y ni palabra...